Kickback
Edición Española del Thriller de serie negra publicada en España por Planeta DeAgostini Cómics

Influencias Cinematográficas/Televisivas

Las películas y la TV fueron lo que más me influenció e hizo que quisiera contar historias como Kickback. Las películas y la televisión—no los cómics, no leía cómics policíacos, los pocos que había en Inglaterra en aquella época—porque podía ver todas las historias policíacas que quisiera en la tele y el cine. Leía cómics cuando me apetecía Ciencia-Ficción y Fantasía. Las cosas eran distintas en la cultura en aquel entonces. En el ámbito de la programación televisiva, las películas de Fantasía y Ciencia-Ficción no eran consideradas lo suficientemente atractivas para los gustos populares, así que se producían pocas cosas para esos medios. Pero las historias policíacas abundaban en el cine y la TV...

Series de televisión como Ballinger de Chicago (M Squad), con Lee Marvin—sólo tengo un vago recuerdo de haberla visto—estimularon mi afición infantil a los thrillers policíacos. Y había un programa que se titulaba Johnny Staccato, en la que el gran actor y director, John Cassavettes, hacía el papel de un detective privado de Nueva York. Esta serie también comenzó a estimular mi aprecio por la música de banda sonora y la a menudo indispensable cualidad adicional que daba a los thrillers cinematográficos y televisivos. El dramático tema de Staccato estaba compuesto por el gran Elmer Bernstein.

Más tarde me convertí en espectador habitual de Naked City—una serie estadounidense sobre un escuadrón de policía en Nueva York que, al contrario que la mayoría de series policíacas iniciales, no sólo se un ocupaba de un crimen y su resolución, sino que presentaba historias profundas y de calidad sobre un amplio espectro de los habitantes de Nueva York. Era un teatro del día a día en el escenario de una historia detectivesca.

El thriller cinematográfico comenzó a impresionarme de verdad mucho después, con A quemarropa (Point Blank).

El cine negro más impactante de su época, aún hay pocas películas que puedan acercarse a esa demostración de estilo y energía en la pantalla. Imagino que pocas personas que estén leyendo esto la conocerán, porque fue dirigida sin hacer mucho caso a la narrativa Hollywoodiense convencional y por ello, se ganó un lugar en los corazones de muchos cineastas.

El siguiente thriller en conmoverme tanto fue un clásico más convencional, Bullit. Al margen de la frecuentemente mencionada persecución de coches, en su clímax tiene una secuencia en un aeropuerto impecablemente dirigida y montada, que estaba apoyada por una banda musical expertamente aplicada. Si sabéis algo de música de cine sabréis quién es Lalo Schifrin, responsable de la música de esta película además de la de la siguiente que voy a mencionar...

Harry el sucio (Dirty Harry): Un thriller policíaco perfectamente diseñado que presentó al público a Harry Callahan, un tipo normal haciendo un trabajo sucio, que intenta mantener su integridad en un mundo cada vez más confuso de valores morales cambiantes. En Bullit, el personaje de Steve McQueen sufría presiones similares, pero él, al menos, tenía la intuición de que había una institución en la que podía confiar para respaldarle. En Harry el sucio, Clint Eastwood está casi completamente solo. Don Siegel, que dirigió la película, era uno de los directores más infravalorados de Hollywood antes de que su asociación con esta película atrajera una atención a su pericia que llevaba mucho tiempo mereciendo.

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Carne viva (Prime Cut) es otra película con banda sonora de Lalo Schifrin, cuya reputación de ser capaz de complementar la acción en lugar de embellecerla estaba creciendo tan rápido que sus servicios eran requeridos constantemente.

Al contrario que en las otras películas he mencionado, Carne viva no va de la relación de un hombre con su trabajo, sino con una generación anterior. Es un thriller policíaco fantástico y valiente dirigido por un no especialista en el género, como lo era Don Siegel, sino por alguien cuyos temas elegidos durante su carrera no revelaron preferencias específicas, Michael Ritchie. Pero Ritchie parecía saber de manera instintiva qué hacer con sus actores—o qué dejarles hacer—y el equipo creativo del que se rodeó ayudó a crear una gran película.

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Desgraciadamente, el que Lee Marvin estuviera en la película tuvo una parte negativa. John Boorman, su director en A quemarropa, quería ofrecer a Marvin el papel de Burt Reynolds en Deliverance. Deliverance es una película muy profunda que habría sido un papel perfecto para Marvin. Pero Marvin ya había firmado para hacer Carne viva como favor a su agente, que, según parece, necesitaba el dinero que la película le haría obtener. Carne viva es una película menor que Deliverance en el gran esquema de las cosas, pero tiene su propio lugar de honor en la historia del cine como uno de los mejores thrillers de gángsteres jamás realizados.

Burt Reynolds es el protagonista del siguiente thriller cinematográfico que me alegra recomendaros, Destino fatal (Hustle). Otra película de Robert Aldrich, el director de El beso de la muerte. Otra historia de un poli que intenta hacerlo lo mejor posible, pero en esta versión del tema tenemos a alguien que está en guerra con su propio cinismo. Rodeado de corrupción, no está seguro de que merezca la pena el esfuerzo de intentar alejarse de ella, y por ello finge una insensibilidad que en realidad no siente.

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Durante este periodo, y antes de él, sólo podía ver películas francesas con regularidad por televisión. Rififi fue una revelación temprana que me mostró la existencia de una turbiedad muy particular como cualidad de los thrillers policíacos franceses. Pero del algún modo, en los 60, y a principios de los 70, los thrillers franceses pasaron a mostrar sus mundos como si formaran parte del paisaje habitual, como una parte natural de la escena social y tan doméstico como lavar los platos. Vi esta cualidad particular en todos los thrillers franceses que admiré, incluso en los más estilizados, como El silencio de un hombre y El círculo rojo (Le Cercle Rouge). Al contrario que el lustre que estaba inevitablemente unido a la mayoría de thrillers americanos de la época, hacía que parecieran más "reales" y convincentes.

Como he mencionado antes, los cómics policíacos no me impactaron lo suficiente en la época en que esas cosas me influenciaban, pero siempre me impresionó el melodrama contundente de series como Crime Does Not Pay (si consiguiéramos hacer que los criminales lo entendieran…), y Mr. District Attorney. Hace un tiempo, mi amigo y gran guionista de cómics Jaime Delano, y yo, sugerimos a DC Comics que podríamos crear una nueva encarnación de Mr. District Attorney. Desgraciadamente, en aquella época no era consciente de que DC no tenía los derechos para hacerlo porque había sido un programa de radio y una película antes de convertirse en un cómic. Desgraciadamente, la oportunidad de hacer algo similar para ellos desapareció porque, en aquel entonces, nadie parecía interesado en lo que podríamos ofrecer como algo alternativo. Una de las series de televisión favoritas de Jamie es Homicidio (Homicide: Life On The Street). Aah, lo que podría haber sido... —DAVID LLOYD